Maiatzen formazio plana osatzen nenbilenean, oraindik ez nekien oso ondo non sartzen ari nintzen. Jakin banekien, ordura arte bi urtez izandako lana eteten zitzaidanez aukera paregabea nuela kimikatik at jasotako hainbat jakintza behingoz ofizializatu eta bide batez akademizatzeko, hots, hezkuntza ganoraz ikasteko. Beti izan dut harreman estua hezkuntzarekin, baina inoiz modu akademizatu batean. Ikasle Mugimenduan aktiboki parte hartu dut urte luzez, baita irakaskuntza ez formalean askotan aritu ere (klase partikularrak, tailerrak dinamizatu,...) eta azken terminoan, nire gurasoengandik (eta familiaren zati handi batengandik) jaso dudan herentzia da hezkuntzarekiko dudan lotura.
Hala, hiru aste igaro dira psikodidaktikan lur hartzen hasi nintzenetik, eta badirudi, gutxinaka, lurreratze pista zuzentzen ari naizela nire aurrean. Lurreratze on batentzat, nire asmoen eta errealitatearen arteko orekan dago gakoa, nire ustez. Zerua bezain zabala da nire asmoen, motibazio eta interesen abanikoa, eta errealitatea berriz, lurreratze pista bezain gogorra, zurruna, zuzena. Lurreratzeko prest naiz beraz, asmoetan hegoak pausatuz eta lurreratze pistan jo-puntua finkatuz.
Aterrizando en la psicodidáctica
Cuando en mayo formalizaba mi plan formativo no sabía muy bien donde me metía. Lo que sí tenía claro era que después de quedarme en el paro tendría una buena oportunidad para oficializar de una vez, además de academizar, todos aquellos conocimientos adquiridos al margen de la química durante tantos años. Siempre he tenido una estrecha relación con la educación, pero nunca de manera academizada. He participado activamente en el Movimiento Estudiantil durante largos años, así como practicar la enseñanza no formal en varios ámbitos (clases particulares, dinamización de talleres,...), y en último termino, es la herencia de mi madre y mi padre (así como de toda mi familia) la que me ha atado a la educación.
Han pasado ya tres semanas desde que empecé a aterrizar en la psicodidáctica, y parece que poco a poco, se va despejando la pista de aterrizaje ante mí. En mi opinión, la clave de un buen aterrizaje radíca en el equilibrio entre las intenciones y la realidad. El abanico de mis intereses, motivaciones e intenciones es tan amplio como el cielo, y la realidad en cambio, es tan dura como la pista de aterrizage, rígida, recta. Me encuentro pues en disposición de aterrizar, suspendido de mis alas sobre intenciones y con la vista en la pista.
Aterrizando en la psicodidáctica
Cuando en mayo formalizaba mi plan formativo no sabía muy bien donde me metía. Lo que sí tenía claro era que después de quedarme en el paro tendría una buena oportunidad para oficializar de una vez, además de academizar, todos aquellos conocimientos adquiridos al margen de la química durante tantos años. Siempre he tenido una estrecha relación con la educación, pero nunca de manera academizada. He participado activamente en el Movimiento Estudiantil durante largos años, así como practicar la enseñanza no formal en varios ámbitos (clases particulares, dinamización de talleres,...), y en último termino, es la herencia de mi madre y mi padre (así como de toda mi familia) la que me ha atado a la educación.
Han pasado ya tres semanas desde que empecé a aterrizar en la psicodidáctica, y parece que poco a poco, se va despejando la pista de aterrizaje ante mí. En mi opinión, la clave de un buen aterrizaje radíca en el equilibrio entre las intenciones y la realidad. El abanico de mis intereses, motivaciones e intenciones es tan amplio como el cielo, y la realidad en cambio, es tan dura como la pista de aterrizage, rígida, recta. Me encuentro pues en disposición de aterrizar, suspendido de mis alas sobre intenciones y con la vista en la pista.
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